lunes, 7 de julio de 2008

La forma sigue a la función, o la función a la forma




“La forma sigue a la función” fue uno de los principios básicos de la BAUHAUS. La forma (sus dimensiones y apariencia) debían reflejar la función del objeto.

Hoy en día solemos usarla para defender la ausencia total de la estética en la mayoría de los casos en que la utilizamos.

Luego vivimos un fin de siglo con un postmodernismo caprichoso que reivindicó la forma y los referentes históricos, proclamando que la función debe subordinarse a formas tipológicamente preestablecidas ("la función sigue a la forma").

En el mundo actual, la gestión de los proyectos ha cobrado tal importancia que podemos afirmar que "la forma sigue a la gestión". Es decir: ni la forma, ni el funcionamiento, ni la ejecución de un proyecto tienen sentido si no se tiene resuelto cómo se lleva adelante la operación completa del diseño del edificio.

Este proceso va desde la estrategia que gesta el proyecto, hasta la evaluación de sus resultados, pasando por la ejecución y entrega al usuario final.

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