viernes, 21 de diciembre de 2007

La Ciudad de Telefónica, RDLH


Bajo las premisas de conectividad absoluta y horizontalidad, la Ciudad de las Comunicaciones de Telefónica de España, en Madrid, ahora bautizada Distrito C, es un conjunto de 15 edificios dispuestos en bloques simétricos (o casi), destinados a albergar a 14 mil personas entre visitantes y personal de la compañía, que actualmente se encuentran dispersos en distintas oficinas.

Rafael de la Hoz Castanys diseñó lo que él mismo define como un campus administrativo de 400 mil metros cuadrados cubiertos.Se trata, en sus palabras, de una "composición equilibrada y asimétrica, caracterizado por la homogeneidad de las edificaciones, unificada por una inmensa cubierta". Casi una obra de urbanismo, Distrito C está dividido en cuatro bloques ubicados en las esquinas del gigantesco predio de 200 mil metros cuadrados. Cada uno de los bloques o manzanas se organiza alrededor de una plaza seca, y está compuesto por dos edificios de cuatro pisos y una torre de diez. Estas últimas, en los vértices del terreno, funcionan como los puntales de un baldaquino virtual que cubriría toda la obra.

El recurso de la marquesina-cubierta lleva la firma de De la Hoz: en una de sus últimas obras madrileñas, el edificio Endesa, ya había incorporado una imponente marquesina sin otra función que la de otorgar al conjunto una imagen diferenciada. En este caso, en cambio, es el soporte del mayor dispositivo productor de energía solar sobre cubierta de Europa, con 16.600 paneles solares fotovoltaicos, ubicados sobre la marquesina envolvente, que proveerán de energía natural a todo el complejo.

La fachada está resuelta con doble piel de vidrio diseñada especialmente para el proyecto, unida por costillas, también de vidrio, a modo de viseras y parasoles. El propio De la Hoz supervisó la selección del cristal para cada parte de la fachada, con el objetivo de crear "una caja abstracta y transparente". De esta forma, se consiguió una textura uniforme "como un cubo de hielo —señala el arquitecto—, en el que no se distingue la división en plantas".

La piel interior está resuelta con un sistema modular, y permite que a través de ella se fijen las costillas de vidrio que soportan todas las cargas de la doble piel y las del viento. También se desarrolló un tipo de vidrio especial para este proyecto que permite obtener un doble efecto visual: la fachada opaca desde el exterior, gracias a la multitud de pequeños puntos blancos aplicados al vidrio; pero éstos no se perciben desde el interior del edificios, de modo que la transparencia hacia afuera es total.

No hay comentarios: